No lo quiero con todas mis
fuerzas, y me duele. No consigo pelear sin descanso y es porque no lo quiero
con todas mis fuerzas. Hoy me da igual aunque quizás mañana me arrepienta, pero
el arrepentimiento de mañana no es suficiente para quererlo hoy con todas mis
fuerzas. Puedo encontrar luces, pero no será el brillo total del bienestar, de
la realización completa. Quisiera con la cabeza pero no con el corazón; no están
mis cuatro fuerzas enlazadas, no hoy, no sé si mañana. Si el mañana no existe
evidentemente que el hoy no existe, y me duele. No lo quiero con todas mis
fuerzas. No tengo hambre, no devoro, y tengo el orgullo tan debilitado como
para no seguir creyendo. No creo, no sueño, no imagino, no espero, no lucho, no
guerreo. Sólo me dejo mentir para no robarle el sueño a quien quiere tenerlo
por mí. Hasta pronto, si no cambio.
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