Aparecía como uno de tantos objetivos
de Lenguaje Y Literatura cuando yo era estudiante: Adquisición de Pensamiento Crítico. Durante tiempo tuve
dudas de si lo había adquirido pese a haber sacado buenos resultados en la
totalidad de la asignatura. Se me han presentado numerosas situaciones en las
que me he preguntado si era buen crítico, uno de ellas: la política. ¿Cómo sé
si tengo pensamiento crítico?
Yo parto desde una idea, y es que la
verdad está oculta, que acceder a la verdad es prácticamente imposible en la
mayoría de los casos o situaciones. La realidad (aquello que interpretamos de
todo lo que nos rodea) es infinita dado que los puntos de vista son infinitos.
Así, podría pensar que la verdad es infinita. Pocas veces encontraremos la
verdad, pero acercarnos más a ella es más fácil con el pensamiento crítico.
Para mí, el mismo prejuicio o las sensaciones, llevan de fondo un pensamiento
crítico, dado que están basados en un aprendizaje razonado y de larga evolución
temporal. Por tanto todo el mundo con pensamientos críticos puede criticar y
todos tenemos algo de razón.
El pensamiento crítico se ejercita y
se mejora con la lectura (de todo tipo: novelas, periódicos, weblogs de opinión,
etc.), con la televisión, la radio, las conversaciones, las revistas, con la
experiencia…Todo pensamiento es crítico si está basado en una idea razonable,
aunque parezca increíble de principio. Una opinión es más crítica cuantas más
ideas razonables tenga. La verdad es una cuestión inasible muchas veces, por
tanto, me gusta decir, que no existe (“No hay nada verdad”, digo en tono de
humor). O mejor, podemos acordar que “Verdades hay muchas, pero ninguna es la
única” (quitando de las verdades universales, como que la Tierra gira alrededor
del sol).
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