jueves, 24 de mayo de 2012

Veintiocho Gracias

Ahora, que estamos despiertos, no nos damos cuenta, pero: ¡Estamos despiertos! Ahora, que seguimos cumpliendo, no nos damos cuenta, pero: ¡Seguimos cumpliendo! El ciego nunca pensó que dejaría de ver, el mudo de hablar, el sordo de oír. ¡Que no me lleven sin antes dar un gracias sincero por seguir despierto, por seguir viendo, hablando, oyendo, escribiendo, queriendo!

2 comentarios:

  1. Cuesta reconocer lo que tenemos y menos agradecer.
    Cuando era joven veía estupendamente, me ponía a leer o coser y lo presumía de mi buena vista. Ahora necesito gafas para todo, no se vivir sin ellas y encima veo con dificultad hay cosas que no puedo hacer.
    El oído ya empieza a fallar y lo lamento, menos mal que la lengua aun funciona. Con todo doy gracias por lo que he tenido y tengo.
    Doy gracias por tener y por no ansiar lo que no tengo.
    Por lo que la vida me doy y me da.
    Un fuerte abrazo M Carmen Berzosa

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  2. Reconocer y dar las gracias son cosas complicadas, porque estamos hablando de valores (algo que escasea porque deja de enseñarse). Lo que nos pasa, MCarmen, es que envejecemos. Supongo que lo que tenemos que hacer es aceptar que envejecemos pero sabiendo que podemos hacer muchas cosas por mantenernos jóvenes y no envejecer más rápido. Que la lengua te sigue funcionando es algo que sé muy bien y doy fe que es verdad XD Creo que no necesitar nada, no ansiar es de las cosas por las que deberíamos luchar. ¡Nos vemos esnesguida! Un abrazo!!

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