…porque sobre el papel muerto
escribes y no esperas que te devuelva una bofetada o un grito, o, al menos, eso
espero yo casi siempre. De las personas vuelven mentiras y fallos, nada muy
puro, más bien inconexo, pocas veces de provecho. De nada sirve expresar el
laberinto si va a volver más complejo todavía. Por eso, vuelco mis infinitos
absurdos sobre el papel muerto, sin esperar nada más que se queden quietos, un
momento, un segundo, para poder contemplarlos, pensarlos y modificarlos allí
adentro. Aún así, nos veremos perdidos, lejanos, desconocidos, en una lucha
continua por encontrar lo que nos une sin llegar nunca a entenderlo.
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