lunes, 28 de mayo de 2012

Dura Voz De La Conciencia


Este blanco es el mío. Mi yo. Cada vez más yo. Grito: ¡Tú eres yo! No te lo podrías creer nunca, pero soy tu voz hablándote en la noche, ahora, cuando lo necesitas. ¿Qué necesitas? ¡Nunca tendrás lo que necesitas! Si necesitas mucho no lo tendrás, si necesitas poco no lo tendrás. ¿Qué necesitas? Me da igual. Nunca te daré tu totalidad, nunca serás completo porque ese es el regalo que todos ansían. No te premiaré con lo grande, nunca tendrás lo bueno. Sigue peleando, porque peleando acabarás luchando por lo que buscas sin alcanzar lo que quieres […] Y se fue.

La dureza de mi inconsciente queda agazapada o dormida, pero sigue latente, despierta. Cada nuevo amanecer, desde que decidí ser un poco más adulto, está más presente, se hace más superficial, es más vívida. Y empiezo a ver la derrota, la pérdida, en una guerra en la que nunca quise jugar pero que me envuelve el cuello, invisible, y que ahora empieza a asfixiar. Decidí intentar no necesitar en lugar de ganar, para no perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario