lunes, 13 de agosto de 2012

Los Dosmiles


Los robots de mi generación somos de lo supuestamente mejor del momento. Podemos hacer operaciones matemáticas y leer, doblar la ropa e incluso cocinar. Las nuevas generaciones son menos teóricas y más prácticas, mientras que nuestros ancestros chirriaban y tenían semividas más cortas. Nosotros poseemos unas calidades vitales de las que ya las nuevas generaciones de robots se han visto desprovistas, como que todaví­a esperamos o recordamos tiempos buenos. Nosotros somos máquinas de comunicación rápida, veloces y ágiles, engrasados con el mejor lubricante. Tenemos tanto que no nos cuesta ceder algo. Podemos sonreír, bailar, conducir y movernos alucinantes hasta el amanecer. No tenemos hambre y prácticamente no necesitamos beber: estamos repletos desde hoy hasta el año siguiente. En cualquier lugar encontramos la energía necesaria y el frío, y el calor en las mantas, bajo las farolas o en las luces de la ciudad que nunca descansa. Descansamos por placer y sufrimos sin sufrir por continuar el hilo. Somos los Dosmiles, mejores que nuestros antecesores que chirriaban, mejores que nuestros sucesores que les faltan conexiones…

No hay comentarios:

Publicar un comentario