Fantasmas De Debilidad

Son fantasmas, pero tan reales como tú y como yo. Vienen a visitarme cuando no los espero: una tarde después de comer abriendo el capó del coche, al levantarme del sofá poco antes de ir a dormir o después de dar un paseo cuando me siento a tomar un descafeinado. Me muerden en las orejas, me meten miedo, me deprimen; son más fuertes que yo. Me bloqueo y no puedo ver más allá de mañana. Me quitan las fuerzas y el orgullo, y no soy capaz de hablarte. Y son demasiado reales como para enfrentarlos; no puedo vencerlos: soy débil, soy de cuerpo. Aún así resisto con un poder que no se de dónde viene, incluso construyo pequeñas formaciones imaginativas capaces de sorprenderme. Pero a veces son poco, porque vuelven, diminutos gremlins que me muerden en el pecho dejando orificios de debilidad, y acaban con casi todo lo que algún día creí posible...