A veces me pesan las piernas y me oprime el corazón; a veces
me quedo el último de la carrera y os veo allá delante, rápidos, decididos, sin
dudas...y claudico. A veces no soy nadie, no decido, soy peor que el niño, loco
aislado que habla y piensa solo. A veces solo encajo derrotas y los valores se vuelven
contra mi, cuando os veo escapando juntos a lo oscuro donde nadie más sabe,
donde no se, donde todos saben pero niegan saber, menos yo. Tantas veces no veo
y algunas menos no quiero saber, pero sobre todo ignoro lo que hacen los que
creo como yo pero ninguno conmigo comparte. Metafísico descifro los lazos,
quizás engañándome, que acaban por soltarme por completo de lo que espero. Tan
aislado que no se, que os veo de mentira, que me invento, que lo cuento y mi
relato es de fantasía, de locura. Que a veces cargo lo que nadie más carga
porque ya desde el principio acordaron descargar tras el borrón y la nueva
cuenta; porque yo, autista, sigo trazando cuentas. Que tal vez vuestras
verdades no las corresponda, que las mías son tan sólo mías, que estamos en
sitios distintos. Es complicado unidos y en caminos paralelos estamos lejos de
tener lo mismo. Quizás no haya bala pero sigue habiendo un agujero...
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