Uno
de mis fantasmas, una imagen de lo que querría o podría ser yo, vive envuelto
en una revolución silenciosa. Es un idealista correcto, chamán de los caminos
despejados, quebrador de cadenas y presiones, visionario del tiempo, prestidigitador
de la cronología, amante de todo. Desanudaría estigmas, empezaría algo nuevo.
Pero tendría que empezar a fortalecer los hombros y a disolver algunas de mis
estructuras.
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