Perdona
por todo este tiempo de silencio. Pero mientras teníamos silencio entre
nosotros, mi vida estaba llena de ruido. Estaba haciendo, como hacíamos o
podemos hacer. Estaba pensando frases mal dichas que sólo se entienden en un preciso
momento, y tal vez sólo yo mismo las entienda. Pero estaba también mezclando
formas, materiales y colores, todo con el ruido de fondo que me impedía
callarme, pensar y volver a ti. ¿Es mucho pedir estar solo durante momentos?
¿Es malo no estar siempre en ti? Ahora entiendo. Es mi manera tremenda de ver
las cosas, de verlo todo; tan grande, tan bonito, tan infinito. También pasé
este tiempo pensando en los pasados, en el más reciente y en el más antiguo,
incluso hasta llegar a niño cuando aprendía el orden ilógico de las frases para
hacerlas más bellas, pero más enrarecidas. A muchos sitios vuelvo poco, a muy
pocos. ¡Qué importante es hacer bien las cosas desde el principio!... porque
los errores acumulados en el último año están todos presentes hoy, en el mismo
día. Pero también he caído en la cuenta que respirar y descansar es lo que me
hace estar sano y despierto. Y cuando mejor estoy, vuelvo a ti.
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