Estoy,
quiero y puedo, aunque me dé de bruces contra el miedo. Vibro, sueño, espero,
pienso; es puro dentro de mi imperfecto. Si lo tengo todo a punto, ¿por qué no
habría de lucharlo? Demuéstrate, demuéstralo, porque tienes contigo un ojo
ardiendo entre las manos, porque estás manejando una apisonadora de asfalto y
tienes un relámpago en la garganta para cuando quieras decirlo exacto. No temas
la velocidad, porque es más rápido el que camina día a día despacio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario