Poseo
la grandeza de poder asomar la vista a través de ese mundo y de los mundos
albergados dentro de ese mundo. Vivir en su seno es siempre una posibilidad, y
sé que penetrarlos es dejar de mirar desde fuera, siempre tan cómodo, tan
privilegiado. Privilegios, hoy, ayer y mañana me abrazan, me aman hasta un
placer casi máximo, mi placer casi máximo, aunque un placer cólico. Un pajarito
que descansa en un cable eléctrico: así metaforizo la sensación: libertad y
peligro, pero un gran vuelo, miles de nuevas opciones, mariposas de
colores y claroscuros revoloteantes de
amor y tristeza, una montaña rusa, una pasión desenfrenada con respeto, una
vida que deseo compartir, un sueño, una lágrima de felicidad y pérdida. Un gran
silencio de percepción, un pensamiento de realidad que acude a sacarme del
sueño de la droga, de la duermevela, y me pone a caminar despacio.
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