jueves, 29 de enero de 2015

Desapareciendo

Todo el romanticismo follado. La ilusiones hechas alquitrán. Las palabras hechas trizas. Las tripas hechas náuseas, el corazón destripado. El cierzo en mi locura, aunque peor es la mentira hecha verdad. Los sargentos ensalzados y la podredumbre del líder alabada. Animales descarriados, rebaños perdidos. Prefiero el hambre del perro, la razón turbada por el hambre, que comer la mierda del futuro. Prefiero morirme que seguir resistiendo algo que no merece la pena, que está más lejos de mi que lo que no existe. Me enfrento a las fuerzas del orden que se petrifican ante mi extrañados. Me atacan mis enemigos que no conocen ni mi nombre, prefiriendo hacer el mal que no pensar por qué están actuando. Pero la mosca que busca el excremento tampoco sabe por qué lo hace, así yo no veo lo que hago tampoco, porque no descifro a mis enemigos y además no los esquivo y además sigo a su lado y encima me creo condescendiente con la fe del cristiano crédulo. Sólo me quedan los pequeños placeres antes de continuar desapareciendo.

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