Impasible, como roca pesada en
el agua, pasa a través de mí y marca a fuego bajo mis costillas, alarma mi
corazón y mis sentidos, me provoca miedo y ganas de llorar. Así soy más débil y
así más lo muestro. Me aíslo para perder menos, para respirar más tranquilo,
aunque como pez sin razón me muerdo mi propia cabeza. Pocos quisimos complacer
al enfermo, pocos vemos el fin tan pronto, pocos nacimos ya perdiendo. Pero
todavía quedan nuevos conocimientos, nuevas maneras de entender el camino,
aunque esté cubierto de hierbas secas, feas y muertas. Habrá que hacer como el
legendario, aceptar los impedimentos, salir al bosque, rodearse de aliados,
cargar las armas y pelear por la corta vida que nos queda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario