jueves, 28 de octubre de 2021

HÁGASE CONSTAR DONDE PRECISE

 

Quisiera poseer la Verdad sólo para evitar sentir el Vacío que deja la confrontación y el conflicto, además de para caminar despacio, plácidamente, sin la sensación de que queda Todo por aprender. Quizás sea una de las caras del prisma a través de la cual pueda contemplar la vida: el punto omega, el infinito, al que parece que deberíamos tender, llegará derrota tras derrota. Se trata de pequeñas guerras, y gracias que no sean demasiado grandes como para permanecer ocultos más de treinta años en una cárcel autoinflingida. Por un lado hablamos de disparar a un hermano, al Otro, que, cegados por el odio pero siempre por nuestras propias inseguridades, vemos como Enemigo porque estamos cegados: No dispares contra el otro que mañana podría facilitar tu propia salvación, o bien ser el hombre que comparta a tu hija y que tanto bien le puede hacer o ser la mujer que limpie tu inquina. No se si me explico, y creo que ya he explicado el otro lado. Creceremos más y mejor cuando nos veamos en el Otro a nosotros mismos, cuando aprendamos a dar sin esperar nada a cambio, cuando obrar de la mejor manera posible sea el principal de nuestros retos. Empatía es ponerse en el lugar del otro, ser el otro.

Si el respeto, la educación y la paciencia fueran valores recios, estoicos y primordiales en nosotros, la confrontación sería un concepto lejano y, en el mejor de los casos, una herramienta para el aprendizaje. Cuando no existen ni se conocen éstos, nos convertimos en ideales e ignorantes peones de guerra.

No puedo o no debo buscar excusas para mis errores pues ellos me definen como persona y permiten mi mejora, y quisiera poseer la Verdad, pero poseemos algo más profundo: el perdón, el agradecimiento, la voluntad, el crecimiento personal. Deja que los errores trasciendan, analízalos y ámalos, no los dejes que sólo se queden en la garganta pues, en gargantas no trabajadas, todo error transformado en palabra es un puñal de guerra.

Pedimos atenciones a los demás los que nos desatendemos, suena incongruente, pero es una realidad muy posible, y además exigimos la mejor de las ayudas pensando que el dinero es suficiente por cambio: el dinero no vale nada, y, a veces, no vale para nada más que para comprar la mentira. Agradece el humano esfuerzo del otro, ten paciencia, escucha y acepta que el primer esfuerzo debería venir del que pide ayuda. No impongas tu verdad egoísta y busca la Verdad con el de enfrente.

Yo no descanso porque tú sigues en lucha y sólo se duerme en silencio. Yo no descanso porque sigues amando tu verdad solitaria y no buscas la Nuestra, porque gastas tu tiempo en proteger tus castillos de papel y pretendes incendiar las murallas del resto. No descanso porque los desfases son tremendos, porque chillan demasiado los ignorantes y porque los sabios siempre guardan silencio. Algunos, como yo, dispersos, miramos perplejos hacia ambos lados del camino preguntándonos cómo podemos llegar a hacerlo mejor y ser mejores...

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