viernes, 28 de agosto de 2020

El Juego De Dios

 Es difícil obtener paciencia cuando ya no queda, cuando se exige una y otra vez y acude durante demasiado tiempo. Busco en esos pozos milagrosos, también en los de las artes, intentando encontrar pequeñas gotas de sustancia fluorescente. Pelear en solitario es más complicado, pelear contra el sistema es casi imposible, pelear contra uno mismo podría ser un error. Aprieta en el vientre, así, como la muerte, y tal vez sólo la idea recia, el ímpetu por cumplir la llamada, la que pocos saben escuchar, sea el camino. Y el camino es arduo, a veces incongruente, y las alternativas pueden no llevar a ningún buen sitio. O tal vez sacar a la luz todas las cartas y sumarlas todas y no sólo tener pendientes las flojas; sumarlas todas: y saber que la vida no era vivir, sino luchar; disfrutar, sino pelear; vencer sino crecer. Quizás un juego demasiado complejo como para que sea de niños, tan grande como para parecer absurdo...

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